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Técnica infalible para mejorar el ambiente laboral. ES

Carmen López

Psicóloga. Master en Recursos Humanos.

 

 

Para buscar talento no hay que leer currículos uno tras otro, sino seguir el rastro que deja: Un trabajo excelente. Porque lo importante no es lo que aprendes, o las empresas en las que trabajas. Lo importante es lo que haces. 

Para realizar un trabajo de forma excepcional hacen falta cinco cosas: Energía, enfoque, tiempo, creatividad y un compromiso absoluto con la calidad. 

Detrás de estos cinco pilares solo hay una cosa: la motivación. La motivación es lo que diferencia al campeón mundial del segundo clasificado. La motivación hace correr a un corredor de maratón hacia la meta cuando ya no tiene fuerzas, a un escalador alcanzar una cumbre imposible, a un creador luchar consigo mismo hasta que su obra está perfecta. Con motivación sacas tiempo de donde no hay, mantiene tu nivel de energía y concentración al máximo, ves las cosas de forma diferente. Con motivación eres capaz de tirar un trabajo casi perfecto a la papelera y empezar de cero hasta que sea excelente. 

La motivación se genera por la necesidad. Está claro: si alquilen tiene hambre, no hay duda de que pondrá todos sus recursos mentales, físicos, financieros y su tiempo en satisfacer esa necesidad. La necesidad es el motivo, la necesidad dispara la motivación. Esto no es nuevo. En los años 30 del pasado siglo, Abraham Maslow propuso una teoría sobre las necesidades humanas. Según ella, la gente que moviliza sus recursos lo hace por causa de una necesidad: comer, sexo, dinero, pertenencia a un grupo, reconocimiento o autorealización… 

Pero para encontrar la fuente del talento aún tenemos que buscar más allá de la necesidad. No hay duda de que las necesidades físicas anulan al resto: El hambre, la sed, evitar el dolor… pero en el ámbito que nos movemos, en economías desarrolladas, estas necesidades suelen estar cubiertas. La mayoría de las personas están motivadas por las llamadas necesidades superiores, las que nos distinguen del resto del reino animal: Dinero, aceptación o pertenencia a un grupo, reconocimiento o autorealización. Y como muy bien saben los expertos en marketing y los buenos vendedores, las necesidades se pueden crear, cambiar o matizar. Solo hace falta controlar una cosa: Las convicciones. Si alguien está realmente convencido de algo se convierte en imparable.

 

Las convicciones son el origen de todo lo demás.

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Eres CEO o manager? Quieres mejorar el ambiente laboral en tu oficina en sólo un mes? 

Establece la siguiente política:

​Cada empleado debe tener cinco gestos amables con otros compañeros de trabajo cada mes. 

Puede ser cualquier cosa:

llevar a alguien un café, felicitar por el trabajo bien hecho, ayudar a terminar un trabajo, interesarse personalmente por alguien (y escuchar de verdad!!!), hornear un bizcocho para todos, poner flores en la oficina para alegrar la vista a todos... lo que sea.

Las reglas son las siguientes:

1. Cada uno debe elegir libremente el gesto amable y la persona a la que va dirigido, pero hay que ir variando.

​2. El jefe ha de liderar este movimiento con el ejemplo!!!!!

​3. Cada persona lleva un registro donde apunta los gestos amables que ha recibido.

​4. A final de cada mes cada uno escribe cómo ha cambiado para él el ambiente en la empresa. En una reunión se comparten experiencias.

​En un experimento publicado en 2018 ("Prosocialidad diaria en el trabajo", de Kanzler, Margolis y otros) se midió el resultado de esta forma de proceder. Aquellos que daban, se sintieron menos deprimidos y más contentos con su vida y su trabajo. Aquellos que recibían se contagiaron y fueron tras el experimento casi un 300% más generosos.

​La amabilidad se contagia y mejora sin duda el clima laboral. Pero hay que ser proactivo para ponerlo en marcha y que funcione.

Poned en práctica esta política en vuestra empresa y mandadme un email contándome vuestra experiencia!

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