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Curiosidad



La curiosidad es la primera de las características de las personas con talento. La curiosidad aumenta las ganas por aprender, mejora los procesos de memorización y convierte el aprendizaje en una actividad placentera.

La curiosidad es el hambre de aprender

Cuando el hambre aparece se pone en funcionamiento el circuito de recompensa cerebral. Nuestro cuerpo detecta escasez de nutrientes y provoca la sensación de hambre. En ese momento se dispara la necesidad de saciarla. Al comer el circuito de recompensa segrega dopamina y sentimos bienestar. De esa forma, la siguiente vez que sintamos hambre sabremos exactamente lo que hacer para recuperar nuestro bienestar: comer.

El circuito de recompensa cerebral fue creado para garantizar nuestra existencia no solo como individuos, sino como especie, porque además del hambre y la sed es el detonante del deseo sexual. Cuando tenemos una necesidad vital este circuito nos “secuestra”, desviando nuestra atención para dirigirla a la comida, la bebida o el sexo.

La dopamina es muy importante en este sistema. Genera deseo y ansia de recompensa, disparando la motivación.

El Dr. Matthias Gruber de la Universidad de California ha descubierto que la curiosidad, al igual que el hambre, dispara el circuito de recompensa cerebral. Cuando sentimos curiosidad, aprender se convierte en algo placentero, algo que el cerebro buscará repetir una y otra vez. No es extraño que utilicemos la expresión “hambre de conocimiento”, pues eso es precisamente lo que provoca la curiosidad.

Nuestro cerebro ha colocado el mecanismo del aprendizaje exactamente en el mismo lugar donde se regulan actividades de las que depende nuestra supervivencia. El mensaje de la Naturaleza es claro: El aprendizaje garantiza supervivencia como individuos y como especie.

Pero el Dr. Gruber descubrió que cuando sentimos curiosidad el circuito de recompensa no solo segrega dopamina, sino que aumenta la actividad del hipocampo, un área del cerebro relacionada con la memoria. En el momento en que la curiosidad está presente, nuestra capacidad de recordar aumenta. Por eso cuando un tema nos interesa lo aprendemos con muchísima más facilidad. 

Pero lo más inesperado de su experimento fue la demostración de que la curiosidad no solo mejora el aprendizaje del tema que nos interesa, sino de cualquier estímulo que en esos momentos estemos recibiendo por los sentidos. La curiosidad es más que un impulso, es un estado que nos hace más receptivos al mundo que nos rodea.

La curiosidad genera beneficios

En el entorno empresarial y económico actual, el apren