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Las 6 reglas del cambio

Carmen López

Psychologin. Master in Human Resources.

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Seguro que conoces a alguien cercano o has experimentado por ti mismo la dificultad de seguir una dieta, dejar de fumar o hacer deporte de forma regular. Son cambios de hábito importantes que reportan un gran beneficio.

La gran pregunta es: ¿Podemos cambiar?

¿Cuánta gente que cambia un hábito consigue mantenerlo después de 2 años? 

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La respuesta: Solo 1 de los 10 cambia y mantiene el nuevo comportamiento después de 2 años. Las personas que quieren, O NECESITAN cambiar solo tienen un 10% de posibilidades de conseguirlo. 

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El Dr. Edward Miller, CEO del hospital Johns Hopkins, ha comprobado que año tras año desde mediados de la década de los 50  el 90% de las personas a las que se les hace un bypass coronario vuelven a los hábitos de vida de antes de la operación (mala alimentación, fumar, alcohol, falta de ejercicio) aun sabiendo que con ello pueden morir. Este doctor no podía entender que a pesar de darles la solución para tener una mejor calidad de vida y no morir los pacientes no dejaran de fumar, de comer demasiado, de beber alcohol ni rebajaran su nivel de stress. Los resultados mostraban que muchos de ellos volvían al quirófano y otros muchos morían. Solo un 10% de sus pacientes cambiaba. El Dr. Miller no podía entender cómo la gente ante un riesgo real de muerte no era capaz de cambiar. Y no lo entendía porque la respuesta no se encuentra en la medicina, sino en la psicología.

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Los hábitos son difíciles de modificar debido a que hemos formado conexiones neuronales fijas y los seguimos casi sin darnos cuenta. Establecer nuevos hábitos requiere tiempo, repetición, esfuerzo y una gran dosis de motivación.

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Como hemos visto cambiar es difícil, pero muy importante. A veces es vital. Vuestras empresas pueden llegar desaparecer si no cambian: Un cambio de precios del mercado, un nuevo competidor, una nueva tecnología o un cambio de valor de la moneda pueden dejarnos fuera del mercado. El mundo cambia, pero tenemos una memoria muy corta y lo olvidamos. Hace 50 años el sector textil era toda una fuerza económica en Glarus (Suiza), y desapareció. Hace 15 años la construcción era el motor económico de España, y se hundió. Hace 10 años WhatsApp no existía y actualmente es toda una revolución en comunicación (Hasta que no llegue algo mejor)

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Tal y como decía Alvin Tofler (un escritor estadounidense doctorado en Letras, Leyes y Ciencia):

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 “El futuro será de los aprendices, porque quienes creen que todo lo saben, están viviendo un mundo que ya no existe”.

 

Describe una situación donde intentaste cambiar y fallaste. Describe otra donde a pesar de las dificultades lo conseguiste. ¿Qué falló en el primero? ¿Cuál fue la clave para acertar en el segundo?

 

La capacidad de cambio no es solo una ventaja competitiva, sino que también es la base de la supervivencia. ¡O cambias o mueres!. La gran pregunta es:

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¿Podemos aumentar las posibilidades de que el cambio se produzca por encima de un 10%? La respuesta es sí.

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El primer paso: No usar nunca la frase “O cambias o mueres”. Yo la he usado hace 10 segundos. Los doctores como ya hemos visto la usan. ¡No lo hagáis!, no funciona. El miedo es un motivador fantástico a corto plazo pero un desastre a medio y largo plazo. La reacción que tenemos ante el miedo es atacar o huir… Y no queréis que vuestros empleados hagan ninguna de las dos cosas.

 

Volvamos a nuestros pacientes operados del corazón.

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Dr. Dean Ornish, profesor de medicina en la Universidad de California se enfrentó a este problema desde un nuevo punto de vista. Diseñó, preparó y llevó a cabo un programa en 1993 con 300 pacientes. Se centró en:

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  1. Dieta vegetariana con un máximo de un 10% de grasa. (Un cambio radical que produjo una victoria rápida en el peso). 

  2. Los pacientes visitaban dos veces por semana su grupo de apoyo dirigidos por un psicólogo (Nunca camines solo). 

  3. Se les introdujo en actividades como yoga, relajación, meditación y deporte. (Actividades que regeneran) 

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La base del nuevo tratamiento, según el doctor Ornish, fue “brindar el apoyo psicológico y emocional que tan a menudo son ignorados”.

 

El programa duró un año. ¿El resultado?

 

Tres años después el 77% de sus pacientes habían cambiado sus hábitos de vida y evitaron una segunda operación de corazón. De un 10% a un 77% de éxito. Espectacular.

 

Incluso la aseguradora que financió el estudio salió ganando: Evitando la segunda operación se ahorró unos 30.000$ por paciente.

 

CONCLUSIÓN: Se puede cambiar. Pero para asegurar el éxito hay que seguir unas reglas.

 

Las claves del Cambio.

 

Cuando se dan las reglas juntas el cambio perdura en el tiempo:

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Regla 1a: Define tu visión o Yo ideal. Es el arranque para que surja el cambio. Se trata de averiguar lo que más te gusta, lo que podrías hacer en la vida, de lo que te gustaría ser o conseguir en 5 o 10 años. 

Personas cercanas a ti o un profesional te pueden ayudar a descubrir y reflexionar sobre este yo ideal. 

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Regla 1b: Define tu Yo actual. En este punto descubres cómo eres percibido por los demás y lo comparas con el yo ideal. Esto es duro, porque tenemos miedo a las críticas o a no hacerlo bien. La mejor manera de avanzar es crear tu balance personal de fortalezas y debilidades.

Lo mejor es realizar una evaluación 360º, preferiblemente a través de una persona o institución externa (Auditoría, consultora, psicólogo empresarial). Así tendrás una visión realista.

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Regla 2: Reflexiona y aprende.

¿Cómo quiero explorar y mantener los cambios en el futuro? Esto no es un plan de mejora de Rendimiento, simplemente reflexionamos sobre el camino que nos conducirá al objetivo que queremos.

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Regla 3: Experimenta, consigue una victoria rápida. Practicar los cambios que te ayudarán a ser quien quieres. Paradójicamente, los cambios radicales son más fáciles de implementar que los cambios pequeños. Con un cambio radical los resultados se empiezan a ver antes (como en una dieta) y no hay nada como una victoria, aunque sea parcial, para disparar la motivación. Diseña el proceso de cambio en tu empresa de forma que la primera victoria aparezca lo antes posible.

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Regla 4: Nunca camines solo. Tener al lado personas que te apoyan con una relación basada en la confianza y el cariño nos ayudan en este camino. Un psicologo, un socio, un amigo, un padre, un mentor… Ellos hacen de espejo y aunque la información que te den a veces no sea tan agradable, sabes que lo hacen por tu bien y lo hacen para que tu te desarrolles. Ellos creen en ti y son un gran impulso.

 

Regla 5. El cambio no es continuo. Es un proceso con altibajos. Fracasas, aprendes, te levantas y sigues.

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Regla 6. Las emociones positivas ayudan a cambiar. Una experiencia positiva y visión compartida (medico-paciente, manager-empleado, psicólogo-manager) ayuda al cambio a nivel individual consiguiendo alcanzar un mayor compromiso con la empresa, grupo de trabajo, o como explicaba en el ejemplo de los pacientes coronarios una mayor adherencia al tratamiento.  Es importante para iniciar un cambio que nos mantengamos mucho tiempo emocionalmente positivos. En este estado sentimos alegría esperanza, satisfacción, sentimos que podemos conseguir nuestros propósitos, estamos abiertos a nuevas ideas, a aprender, comprometernos y cambiar.

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