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Cómo aumentar un 22% el beneficio de vuestra empresa.ES

Carmen López

Psicóloga. Master en Recursos Humanos.

 

 

Para buscar talento no hay que leer currículos uno tras otro, sino seguir el rastro que deja: Un trabajo excelente. Porque lo importante no es lo que aprendes, o las empresas en las que trabajas. Lo importante es lo que haces. 

Para realizar un trabajo de forma excepcional hacen falta cinco cosas: Energía, enfoque, tiempo, creatividad y un compromiso absoluto con la calidad. 

Detrás de estos cinco pilares solo hay una cosa: la motivación. La motivación es lo que diferencia al campeón mundial del segundo clasificado. La motivación hace correr a un corredor de maratón hacia la meta cuando ya no tiene fuerzas, a un escalador alcanzar una cumbre imposible, a un creador luchar consigo mismo hasta que su obra está perfecta. Con motivación sacas tiempo de donde no hay, mantiene tu nivel de energía y concentración al máximo, ves las cosas de forma diferente. Con motivación eres capaz de tirar un trabajo casi perfecto a la papelera y empezar de cero hasta que sea excelente. 

La motivación se genera por la necesidad. Está claro: si alquilen tiene hambre, no hay duda de que pondrá todos sus recursos mentales, físicos, financieros y su tiempo en satisfacer esa necesidad. La necesidad es el motivo, la necesidad dispara la motivación. Esto no es nuevo. En los años 30 del pasado siglo, Abraham Maslow propuso una teoría sobre las necesidades humanas. Según ella, la gente que moviliza sus recursos lo hace por causa de una necesidad: comer, sexo, dinero, pertenencia a un grupo, reconocimiento o autorealización… 

Pero para encontrar la fuente del talento aún tenemos que buscar más allá de la necesidad. No hay duda de que las necesidades físicas anulan al resto: El hambre, la sed, evitar el dolor… pero en el ámbito que nos movemos, en economías desarrolladas, estas necesidades suelen estar cubiertas. La mayoría de las personas están motivadas por las llamadas necesidades superiores, las que nos distinguen del resto del reino animal: Dinero, aceptación o pertenencia a un grupo, reconocimiento o autorealización. Y como muy bien saben los expertos en marketing y los buenos vendedores, las necesidades se pueden crear, cambiar o matizar. Solo hace falta controlar una cosa: Las convicciones. Si alguien está realmente convencido de algo se convierte en imparable.

 

Las convicciones son el origen de todo lo demás.

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La clave está en un factor psicológico: la motivación de los empleados. Así lo demuestran estudios científicos como los de Herzberg, neurociencia aplicada de Romo o las últimas estadísticas publicadas por Gallup.

​Google trabaja de forma activa este factor entre sus empleados y consigue un 40% de productividad por encima de la media. 

Estos son los CONSEJOS para trabajar la motivación de tu equipo:

​Establece un ambiente de trabajo positivo, de colaboración y pertenencia al grupo.

Da feedback positivo y reconoce sus logros.

Implementa desafíos y aprendizaje continuo para su desarrollo personal y profesional.

Da autonomía en la realización de tareas.

Comunica continuamente los objetivos de la empresa y las acciones que sigue para conseguirlos. 

Evalúa la satisfacción de tus empleados periódicamente.

Motivación = Beneficios. 

Eso es fácil entender. Pero ¿Cuántas de estas acciones llevas a cabo en tu empresa para aumentar los beneficios? ¿Dos? ¿Tres? 

Es difícil aplicar estos puntos, pues requiere tiempo, conocimientos y un cambio de mentalidad. 

Las empresas que lo consiguen son las que a largo plazo atraen y retienen el talento, ganan más dinero y por tanto sobreviven. 

¿Quieres ser una de esas empresas?

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