Cuando criticamos y nos quejamos, entramos en una espiral de pensamientos negativos que termina afectando nuestro estado de ánimo. Nuestra creatividad, motivación y productividad bajan. Además alejamos a la gente de nuestro alrededor:
No es nada agradable trabajar o convivir con alguien que siempre se queja sin ofrecer soluciones.
Cuando algo no te guste, busca una solución. Cuando no puedas hacer nada para solucionarlo, olvídalo y concentra tus energías en proyectos en los que puedas influir positivamente.
Inténtalo: Cero críticas y cero quejas durante una semana. Verás como mejora tu estado de ánimo, tu productividad, y tu relación con los demás.
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