top of page
Buscar

¡Pedir ayuda es de valientes!

Actualizado: 5 oct 2020



Por qué la gente tiene miedo de pedir ayuda en la vida profesional y qué ventajas psicológicas y físicas les aporta si lo hacen de todos modos.

Cuando se trata de pedir ayuda, los hombres pueden aprender de las mujeres. El Korn Ferry Institute en su reporte "Women CEOs speak", afirma que las mujeres CEO marcan un percentil 70 en modestia, pero solo el 55 de todos los CEOs son conscientes de que la modestia es muy importante como punto de referencia para la comparación. Esto significa que las CEOs femeninas son mucho más conscientes que sus colegas masculinos de que no pueden determinar el destino de su empresa por sí solas. Por lo tanto, las mujeres son mucho más proclives a pedir ayuda a expertos o miembros de su equipo.  Esta característica es una ventaja competitiva y un factor clave para romper el techo de cristal y alcanzar el clímax de una carrera.

Por otro lado, en su libro "Reinforcement", la psicóloga social Dra.Heidi Grant afirma que cuando pides ayuda tiendes a gustar más a la gente. Para nuestro subconsciente, tiene sentido hacer favores a personas que te caen bien, y no tiene sentido hacer favores a personas que te caen mal. ¿Qué pasa entonces si alguien que no te cae bien te pide un favor y te ves obligado a hacerlo? Se crea una disonancia cognitiva: Para resolver el problema nuestro inconsciente reajusta la opinión que tiene de la persona. "Como le he hecho un favor, me ha caer bien". Ahora tu acción tiene sentido, y tu opinión de esa persona ha cambiado de forma inconsciente.

De hecho, todos necesitamos ayuda en todas las fases de nuestras vidas para avanzar y desarrollarnos. Tenemos momen-tos en los que simplemente queremos ser escuchados para obtener respuestas, estrategias o para resolver un problema.

¿Por qué no pedimos ayuda?

Para no mostrar debilidad, por miedo a ser juzgados o subestimados, por miedo a mostrarnos vulnerables y se que aprovechen de nosotros, por la falsa creencia de que al ser adultos debemos resolverlo todo solos y porque a nuestros ojos el problema es embarazoso y no queremos compartirlo.

El anhelo de ser apreciados lo llevamos grabado desde la prehistoria. Necesitába-mos ir en grupo, ser aceptados y ser valiosos para poder alimentarnos y sobrevivir. En el siglo XXI permanece aún este instinto social. No pedimos ayuda para parecer más eficientes, fuertes, seguros de nosotros mismos. 

Está claro que la razón principal es el miedo a mostrar nuestras debilidades. Esto prolongará nuestro sufrimiento hasta que encontremos el valor para lograr el cambio. Contrariamente a lo que pensamos, investigaciones recientes muestran que reclamar ayuda es extremadamente beneficioso para nosotros porque nos hace crecer, desarrollarnos y ser más felices. Aprendemos a compartir otros puntos de vista, a analizar y a contactar con otras personas. Cuando usted se encuentra en una posición de gran responsabilidad, aceptar apoyo le ayuda a aliviar el estrés y a tomar mejores decisiones que beneficien no sólo a usted mismo sino también a los demás: Gerentes, políticos, celebridades, gerentes, maestros, etc. La mayoría de ellos usan una máscara gruesa para ocultar sus temores.  Corresponde a